[
Fan fiction ]
La Saga de Osaka
Capitulo 2:
La Caída del Lobo
Kenshin se levanta a mitad de la noche, y
sale al patio del Dojo Kamiya a caminar un rato, a ver si así logra dormir. Era
una noche estrellada, y había Luna Llena. Kenshin se quedó parado en el patio,
admirándola con detenimiento. Recordaba que durante los últimos años de la Era
Tokugawa, la luna brillaba, como reflejando la sangre que manchaba la tierra, y
una ves más, volvían los recuerdos.
En esta ocasión, venía a su mente, la pelea que
tuvo hace mucho años, con Saito, en el incidente de Ikedaya. Esa fue la primera
ves que vio frente a frente a Hajime Saito y a Okita Soushi.
En Osaka, Saito tenía frente a frente a este
hombre, que se hace llamar Hijikata Toshizou. Su presencia asombra a gran escala
a Saito, hasta al punto de casi asustarlo.
Saito:
¿A quien le quieren tomar el pelo?, Hijikata Toshizou, vise capitán del grupo
Shinsen, murió hace muchos años en Hokkaido a manos del ejercito Meiji; tú no
puedes ser él.
Hijikata (Daimyo):
Aunque ya han pasado varios años, yo sigo siendo el mismo; ahora debes saber,
que yo no morí en Hokkaido como todos creen.
Saito:
¿qué cosa?
Hijikata, comenzó a contar lo que sucedió, ya
hace varios años. En un combate, Hijikata quedó herido de gravedad, por lo que
le era imposible guiar a lo que quedaba del Shinsengumi, así que dejo al mando a
Saito. Para recuperarse de sus heridas, Hijikata tuvo que quedarse a descansar
por largo tiempo. En una ocasión, llegaron al campamento de los Shinsengumi,
cinco miembros del Grupo Oniwabanshu, que había salido de Edo, y viajaban por
Japón, entre ellos se encontraba su joven líder, Aoshi Shinomori. Una noche,
Hijikata y Aoshi, conversaban en la tienda donde descansaba el líder del
Shinsengumi.
Hijikata:
Parece que el nuevo gobierno no fue muy bueno para ustedes o para nosotros.
Aoshi:
Pero es diferente, pues el Oniwabanshu tiene la posibilidad de empezar una nueva
vida, mientras ustedes son perseguidos como animales.
Hijikata:
Es una realidad que tengo vivir, me agrade o no, y no me arrepiento, pues eso lo
que yo escogí. Quiero preguntarte algo, ¿Tú crees que si el Shogun, no se
hubiera rendido, si el combate hubiera llegado hasta Edo, crees que hubiéramos
ganado?
Sin decir nada, Aoshi se levanto de su lugar, y
camino hacía la entrada de la Tienda, pero antes de salir, decidió contestar la
pregunta.
Aoshi:
Yo no soy nadie para decir lo que hubiera pasado o no, pero algo si te puedo
asegurar, si los realistas hubieran entrado a Edo, no hubiera permitido que
ninguno de ellos pusiera un solo pie en el Castillo, y eso si te lo puedo jurar.
Una ves contestada la pregunta, salió de la
tienda, dejando a Hijikata solo para que descansará. Esa conversación puso a
pensar a Hijikata muy seriamente;
Hijikata (Pensando):
"¿qué pasaría si muriera ahora?, ¿qué pasaría si sigo con vida?, ¿qué sería del
Shinsengumi si muero, o seré capaz de guiarlos?"
Las tropas que estaban al mando de Saito,
fueron derrotadas y casi todos los miembros, ya habían muerto, con los pocos
miembros del Grupo Shinsen que quedaban vivos, Hijikata, recuperado de sus
heridas, fue a Hokkaido, para tratar de combatir a los Meiji. Peleó arduamente
en una feroz batalla, pero al final, todos los miembros del Grupo Shinsen fueron
asesinados
Tiempo después de que el combate acabará, y
antes de que los Meijis vinieran a recoger los cuerpos, Aoshi, Hanya, y los
otros Oniwabanshus, pasaron por Hokkaido, por el lugar del combate.
Shikijou:
¿Qué fue lo que ocurrió aquí?
Hanya:
Un combate entre los Meijis y el Shinsengumi se acaba de librar.
Aoshi:
¡Hijikata!
Los cinco Oniwabanshus se acercaron al campo de
batalla, buscando por todas partes a Hijikata. Lo encontraron técnicamente
muerto, parecía que no le quedaba mucho tiempo de vida. Aoshi lo reviso, y vio
que se podía salvar, pero antes, tuvo un idea.
Aoshi:
Beshimi, Hyoutoko, busquen el cadáver de un hombre, que se parezca lo más que
puedan a Hijikata.
Hanya:
¿Qué piensa hacer señor Aoshi?
Aoshi:
Voy a darle la posibilidad de una nueva vida.
Los ninjas encontraron a un soldado Meiji, que
tenía cierta semejanza en el cuerpo, y algunas facciones de la cara con Hijikata;
le quitaron su uniforme, y le colocaron el Ge de Hijikata; con un cuchillo, le
desfiguraron levemente el rostro, para que no se le pudiera reconocer, y como
expertos que son, le hicieron heridas iguales a balas, donde Hijikata esta
herido; a simple vista, era él. Tomaron al herido Hijikata, y salieron de ahí;
cuando los Meiji llegaron, y vieron el cadáver, asumieron que era Hijikata, y
ahí lo declararon muerto.
Días después, en Aomori, Hijikata se recuperaba
de sus heridas. Al despertar, se sorprendió al verse uniformado con un uniforme
Meiji, y en un hospital del mismo gobierno, rodeado de varios soldados. Tenía
varias vendas en el cuerpo, en todas sus heridas. A lado de su cama, había una
carta muy misteriosa, de Aoshi:
Hijikata Toshizou...
Cuando te despiertes, apuesto que no entenderás
lo que sucede. Tengo que decirte que el Shinsengumi se desintegro, ya no existe,
y has perdido. Es un lastima, pero esta no era nuestra Era, talvez en el
amanecer de una nueva, tú y yo, podremos volver a pelear, y esta vez, obtener la
victoria que merecemos.
Hijikata, quedaste muy herido después de la
pelea en Hokkaido, nosotros te encontramos, e intercambiamos tu uniforme con el
de un soldado Meiji; cuando recogieron los cuerpos, pensaron que estabas muerto.
En Aomori, varios soldados se están recuperando, y con el uniforme de soldado,
pudimos hacerte pasar como uno; espero que ahí puedas recuperarte por completo.
En cuanto nosotros, para cuando leas esto,
nosotros ya estaremos lejos, de camino a Kyoto, si, Kyoto, esa ciudad que tantos
secretos guarda, si yo hubiera estado ahí a finales de la Era Tokugawa, talvez
mi vida sería diferente; iré haya, pues sé que varios combates futuros, se darán
alrededor de esta ciudad.
Tú Hijikata, el gobierno te da por muerto, y ya
el Shinsengumi es historia; es tu decisión que harás de aquí en adelante; eres
libre, el gobierno ya no te seguirá, y ya no tienes un grupo que dirigir. Ahora,
serás el autor de tu propio destino, y tu decidirás el camino que has de seguir.
Solo espero que aproveches esta oportunidad.
Sinceramente,
Aoshi Shinomori
PD Te registramos en el hospital como soldado
Meiji, por lo que tuvimos que crearte un nuevo nombre, te escogimos el nombre de
Daimyo Akai...
El recuerdo de Hijikata termino, y con esto, el
barco se sumió en un gran silencio. Saito tenía la cabeza baja, y una expresión
de asombro y enojo, mientras que Hijikata permanecía sin perder la compostura,
serio, y frío, hasta que rompió el silencio otra vez con su voz.
Hijikata:
Como me creían soldado Meiji, pude infiltrarme dentro del ejercito, bajo el
nombre de Daimyo Akai. Aoshi y los Oniwabanshu me dieron otra oportunidad de
vivir. Pero, ahora que recuerdo el como nos casaron como animales, como nos
acusaron de traidores, no puedo vivir en paz. Usando lo propios recursos del
Ejercito Imperial, yo mismo prepare todo esto.
Saito:
¿Con que motivo?, ¿para que?
Hijikata:
Venganza, busco el vengarme de esos miserables del gobierno, que mataron a todos
los del Grupo Shinsen, y nos casaron como perros, por tanto tiempo. Saito, tú,
uno de mis mejores guerreros, tú sabes muy bien nuestros sentimientos, no te
opongas, y únetenos.
Saito:
Nunca, jamás esperé escuchar esto de tu boca Hijikata, creo que has olvidado el
código que tu mismo creaste. El Shinsengumi era el encargado de evitar y detener
provocadores y ejecutar a aquellos que perturbaban la paz.
Hijikata:
Y ellos eran los Meijis, es una nueva Era Saito, y el Shinsengumi tiene que
tener ciertas modificaciones, si queremos obtener resultados.
Saito:
Eso es una tontería, desde donde lo mires,
simplemente no puedo creer que hayas cambiado tanto tu forma de pensar,
honestamente, eres idéntico a Makoto Shishio.
Hijikata:
Me duele el ver que no comprendes nuestro modo de pensar, es una lastima.
Saito:
Aku, Soku, Zan... Destruir al mal inmediatamente,
y basándome en esa justicia, el mal eres, tú por lo que tengo que derrotarte.
Saito se coloco en posición para el Gatotsu,
colocando su espada en posición horizontal, apuntando hacía Hijikata, sin
dudarlo, se lanzo contra él, usando el impulso del Gatotsu. Hijikata no se
movió, se quedo parado como no teniendo miedo al ataque. Antes de que la espada
de Saito llegará a Hijikata, una cuerda muy delgada rodeo su brazo izquierdo, y
lo jaló hacía atrás, evitando que logrará terminar el ataque.
Saito volteo hacía atrás, y ahí estaba Hien, la
mujer que estaba con Makaiju, sujetando la cuerda delgada, y evitando que dañara
a Hijikata.
Saito:
¿Quién eres tú?
Hien:
Yo soy Hien Kagome.
Hijikata:
Ella también fue miembro del grupo Ninja Oniwabanshu, que quedo sin empleo al
llegar el nuevo gobierno; a diferencia del resto de los Oniwabanshu, ella no
dejo su vida de Ninja, y tomo su propio camino, esperando el vengarse del nuevo
Gobierno. Esos somos todos, antiguos sobrevivientes del Grupo Shinsen, ninjas,
Samuráis, todo aquel que tenga por lo menos, una pequeña sed de venganza contra
el gobierno.
Saito logro tomar su espada con la mano
derecha, cortar la cuerda con ella, y así librarse. Makaiju, se levanto del
piso, aún con la pierna herida, pero con su espada desvainada.
Makaiju:
Será mejor que no se resista señor Saito, le puede
ir mal.
Saito:
Me lo dice un sujeto que acaba de recibir una
herida en la pierna con mi Gatotsu, me sorprende que te puedas levantar.
Hien:
Eres muy presumido para ser un miembro del Grupo Shinsen.
Saito:
Presumir para mí es estar orgulloso de algo que no
se tiene; veamos que es lo que no tengo.
Saito, se puso en posición para acertar el
Gatotsu, aunque sería difícil contra dos personas. Hien y Makaiju se colocaron
en posición para recibir el ataque, pero antes de que comenzarán a pelear,
Hijikata intervino.
Hijikata:
Esperen, Hien, Makaiju, no lo ataquen.
Hien:
¡Señor Daimyo!
Hijikata:
Yo mismo me encargaré de él.
Tanto Hien y Makaiju, como todo los hombres en
abordo, estaban sorprendidos, y al mismo tiempo emocionados por ver este
combate. Por parte, Saito se sorprendió mucho, y nunca espero que algún día le
tocaría pelear contra él.
Hijikata desvaino una de las dos espadas que
traía en su cintura, mientras que Saito se coloco en posición para el Gatotsu;
esperaba que él hiciera lo mismo, pero solo se quedó parado. Sin esperar más,
Saito se lanzó contra él.
Justo cuando el golpe iba a llegar a Hijikata,
esté, movió su espada a una velocidad impresionante y con gran fuerza, desviando
el ataque de Saito hacía la izquierda; antes de que Saito pudiera contraatacar,
Hijikata, desvaino su otra espada con la mano izquierda, encajándosela en el
hombro derecho a Saito. Y antes de que Saito lograra mover su espada, con una
patada con su pie izquierdo, en el estomago, logro hacerlo a un lado, escapando
del alcance del segundo ataque del Gatotsu.
Saito (Levantándose del piso):
¿Cómo puede ser?, ni siquiera me di cuenta.
Hijikata:
Una de las características del Gatotsu, es que a pesar de que cubras el ataque,
la mano queda en perfecta posición para acertar un segundo golpe. Pero, si te
mueves rápido, puedes contraatacar antes de que el segundo golpee se efectué, y
además, librarte del alcance de la espada.
Saito se levanto, a pesar de su herida en el
hombro, y del golpe en el estomago. Levanto su espada por encima de su cabeza,
con un ángulo algo inclinado; era en Gatotsu #2. Hijikata se puso a contemplar
la técnica por dos segundos, para luego, agarrar firmemente sus dos espadas con
su mano derecha e izquierda.
La posición por alguna razón, le recordaba
mucho a Aoshi, aunque él usaba dos espadas más pequeñas. Puede que se puedan
usar de la misma forma, pero no con la misma velocidad y libertad. No sabía que
tramaba para evitar el ataque, pero no dudo más y prosiguió.
Saito acertó el ataque, impulsando su espada
hacía abajo; Hijikata, cruzo por encima de su cabeza, ambas espadas, cubriendo
así el ataque; moviendo sus armas a los lados, logro impulsar la espada de Saito
hacía arriba, y sin perder tiempo, encajo ambas armas, en las piernas de Saito,
haciéndolo caer al piso.
Hijikata:
Como ves, pase mucho tiempo estudiando el Gatotsu y sus variaciones, y tratando
de encontrar todas sus características y debilidades.
Saito:
Ya veo, pero aquí habrá una técnica de la que no serás capaz de encontrar una
debilidad.
Cuando parecía que Saito ya no se levantaría
del piso, con un movimiento veloz, acertó su técnica secreta, el Gatotsu
Zeroshiki, la variación de Gatotsu creada por él. La espada de Saito se acerco
velozmente a Hijikata; pero, Hijikata logró hacerse a un lado, y desviar el
golpe de Saito hacía un lado con una de sus espadas, y escapando de su ataque; y
rápidamente, encajo su segunda espada, en el costado derecho de Saito.
Con tantas heridas, Saito apenas y podía
permanecer de pie, pero aún no se rendía. Ya había tratado con todas sus
técnicas, pero nada.
Hijikata:
¡Aún sigues de pie!, veo que no has perdido tus fuerzas, aún sigues siendo un
gran peleador; y esa variación que creaste de Gatotsu, es muy buena, pero solo
funcionara si tomas desprevenido al enemigo. Ahora con más razón quiero que te
unas a mi lado.
Saito:
¿Qué acaso no comprendes, que por ninguna razón
voy a hacerlo?
Hijikata:
Entiendo, entonces esto acaba aquí.
Hijikata, guardo una de sus espadas, y con la
otra, se coloco en posición para Gatotsu número uno, en posición Horizontal.
Saito analizaba, y recordó muy bien como él había desviado su ataque. Si hacía
un movimiento circular así la derecha, la espada se desviaría; Hijikata le había
acertado un golpe con su espada en el hombro, pero como él no tenía otra espada,
tendría que usar su puño. Sabía que era arriesgado usar una táctica que él mismo
uso, pero no podría usar la táctica que uso con Makaiju, pues ya la habían
visto. Saito tomó firmemente su espada con su mano derecha, y se preparo para
recibir el ataque. Sin esperar, Hijikata se abalanzó contra él.
Hijikata se movió rápido con el impulso del
Gatotsu, pero, antes de que el ataque llegara a Saito, se paro, colocando su pie
izquierdo enfrente; con la espada en la mano, dio un rápido giro completo hacía
la izquierda, acertando un golpe con su espada en el costado izquierdo de Saito,
impulsándolo hasta chocar con el mástil del barco, y dejándolo inconsciente.
Hijikata:
No puede ser, ¡Sigue vivo!, se ve que es un gran peleador.
Hien:
¿Quiere que acabemos con él?
Hijikata:
No, mejor muévanse rápido, la policía estará aquí dentro de poco. Muevan las
cajas. Makaiju, ¿puedes moverte?
Makaiju:
Claro señor, esta herida no es nada.
Hijikata:
Será mejor que te olvides de tu viaje de mañana, no irás a ninguna parte hasta
que te recuperes de esa pierna.
Makaiju:
Pero... sí señor ¿Qué hacemos con Saito?
Hijikata:
Tráiganlo y enciérrenlo, y si es posible, curen
sus heridas.
Hijikata guardo su espada, y bajo del barco,
mientras todos movían las cajas con las armas. Hien y Makaiju, tomaron a Saito,
y lo bajaron del barco.
Hien:
Creo que el señor Daimyo le tiene demasiado aprecio a este sujeto.
Makaiju:
Mejor no te quejes, y continua.
Hien:
Si señor.
El Tokio, Kenshin, siente una rara sensación.
Unas nubes acaban de cubrir la luna, y eso no le parece buena señal. El
destajador vuelve a la cama, ya para dormir de una buena ves...
|