[ Fan fiction ]

 

La Saga de Osaka
Capitulo 22: La Ultima Jugada

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Comentario del Autor al final

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El Día se movía a gran velocidad. Poco a poco el sol se acercaba más y más hacía el horizonte y la noche se veía cercana. El Castillo de Osaka estaba sumido en una tranquilidad y silencio que asustaba hasta al más valiente.

 

Los ojos de todos los presentes se centraban en el hombre que había hecho ese ultimo movimiento, sin perderlo de vista en ningún momento. Serizawa sostenía su gran espada con su mano derecha; en su rostro se dibuja esa sonrisa tan cínica, tan siniestra. Miraba a todos como si estuviera viendo a simples insectos en la hierva.

 

Hijikata vio la joven que estaba en sus brazos e inconsciente. No sabía si estaba muerta o si estaba apunto de morir, pero su herida en la espalda parecía grave. A pesar de las muchas heridas de su cuerpo y de haber recibido ese extraño ataque por parte de Kenshin, Hijikata logra ponerse de pie y mirar a Hijikata con si singular mirada fría.

 

Hijikata: Serizawa, ¿qué es lo que te pasa?, ¿acaso te has vuelto loco?

 

Serizawa: ¿Serizawa?, no, eres demasiado incompetente Hijikata; mi verdadero nombre es Takamura, Hirokazu Takamura.

 

Hijikata: ¿Takamura?

 

Kenshin: Hirokazu, al igual que todos los miembros dentro del Grupo de Hijikata como Hien o Makaiju, tú también te cambiaste el nombre a Serizawa, lo más seguro que fue por Serizawa Kamo, antiguo destajador del Grupo Shinsen, como Saito o Udou Jine.

 

Saito: Udou Jine y Serizawa Kamo, ambos eran asesinos en serie, en su sed de venganza no diferenciaron entre aliados o enemigos, ambos deshonraron el código del samuráis y ambos fueron expulsados del Grupo Shinsen y al final ambos resultaron muertos.

 

Hirokazu (Serizawa): La sed de Sangre no es muy diferente a la sed de venganza, ¿no es cierto Hijikata? Ahora Hijikata, te diré toda la verdad, toda la verdad detrás de todo este movimiento rebelde y de tus famosos planes de revolución.

 

Sanosuke (Con su mano derecha en su herida del pecho): ¿De que esta hablando?

 

Saito: ¿Qué acaso no es obvio?, esté sujeto manipulo a Hijikata abusando de su sed de venganza para llegar a sus fines, pero la pregunta es cuales son estos fines.

 

Hirokazu: Hijikata, necesitábamos a una figura impotente, que pudiera mover a muchas personas y a la ves poderoso, un simple símbolo de rebelión, por eso te escogimos a ti; claro, esa es la parte cierta amigo Hijikata, la verdad desde un principio, al darte todas esas armas, hombres y el Diewaffe, en ningún momento esperamos que fueras capaz de derrocar al gobierno.

 

Hijikata: ¿Que cosa?

 

Hirokazu: Así es, nosotros somos un grupo muy aparte del Gabinete Gubernamental y muy aparte de tu Grupo Hijiakata, nosotros somos la fuerza que determina que tan poderoso es un país, nosotros somos el Ejercito...

 

Yahiko: ¿El Ejercito?

 

Misao: ¿Acaso esté sujeto es otra persona de alto rango dentro del Ejercito Imperial?

 

Hirokazu: desde que se consumo la Revolución Meiji, nuestras fuerzas militares se han fortalecido demasiado gracias a al intervención de las armas occidentales. Lo que nosotros queríamos era un levantamiento rebelde, un movimiento de muchas personas, una guerra en la que podríamos demostrarle a todos lo poderoso de nuestra fuerza militar, claro que eso solo era el primer paso.

 

Hijikata: Entonces, ¿todo eso de atacar Tokio y de comenzar una nueva Restauración y vengarnos de lo que nos hicieron los Meijis?, ¿que paso con el plan de atacar Tokio desde el aire con el Diewaffe?

 

Hirokazu: ... Lo que esperábamos era que al llegar a Tokio nuestra flota de Buques de hiciera pedazos.

 

Hijikata puso una cara de enojo, odio y algo de decepción. Se dio cuenta de que después de todo si había sido utilizado y de una manera demasiado ridícula. Todos los demás veían a Hirokazu – Serizawa – con una expresión de odio.

 

Kenshin: A pesar de todo lo que ha pasado no has cambiado Hirokazu, aún sigues siendo la misma persona, la única diferencia es que ahora te gusta manipular a las personas como simples piezas de ajedrez. Dime, ¿te gustaría que Itsuko te vierá así?

 

El ultimo comentario parece haber llegado a la cabeza de Hirokazu, ya que la sonrisa desapareció de repente de su rostro. En este momentos todas la miradas se centraron el Kenshin; ahí entendieron que ellos dos se conocían de laguna parte, pero, ¿de donde?

 

Kenshin: Desde su muerte tu mente fue nublada; no te importo si tenías que acabar con tus amigos, ¿lo recuerdas no es así?, no te importó el tener que asesinar a Manami por nada, y aún en su lecho de muerte, ella te perdono, más a ti no te importa, creo que te identificas muy bien con Serizawa Kamo.

 

Hirokazu desvió la mirada al suelo y por algún tiempo no hizo ningún movimiento o sonido.

 

Hirokazu: Manami Hamaguche era una persona muy buena e incapaz de desearle algún mal a alguien. No me molesta en lo más mínimo que la menciones, ya te lo dije, yo no la maté. Pero...

 

Hirokazu levanto rápidamente la mirada hacía Kenshin; sus ojos estaban llenos de odio y enojo.

 

Hirokazu (Enojado): ¡¡No Tolero que te atrevas siquiera a mencionar el nombre de Itsuko!!, ¡¡No tienes ningún derecho Himura!!

 

Hirokazu hizo su espada hacía atrás como siempre lo hace para tomar impulso al hacer su técnica Tenku Maru Mochu, para luego arrojarla con fuerza hacía Kenshin y Kaoru, quien lo sostenía después de todas sus heridas.

 

Kaoru logró moverse rápidamente junto con Kenshin hacía la derecha, esquivando el ataque. Sin embargo, cuando ya creyeron que se había librado, la espada se regreso como es la técnica, directo a la espalda de Kenshin y Kaoru.

 

Misao: ¡¡Cuidado Kaoru!!

 

Kaoru vio por encima de su hombro y vio que la espada venía hacía ellos. Parecía muy tarde para moverse y parecía que la espada los golpearía. Sin embargo, de repente, una figura se colocó entre ellos dos y la espada, cruzando sus dos espadas y al frente y deteniendo el movimiento de la espada, para luego empujarla hacía arriba y atrás. El arma paso por encima de Kenshin y Kaoru, encajándose justo a unos metros de ellos.

 

Cuando se dieron la vuelta para ver quién había sido, lo primero que vieron fueron una espalda cubierta por un como abrigo azul con blanco y una cinta blanca que estaba tras una cabeza negra.

 

Kaoru: ¡Señor Hijikata!

 

Hijikata se giró rápidamente hacía Kenshin y Kaoru; sin embargo, en realidad su ojos estaban en Hirokazu, que camino hacía su arma y con la mano derecha la sacó del suelo.

 

Hijikata: Himura, Saito, Shinomori... ninguno de ustedes intervenga en esto, yo me encargaré de este sujeto.

 

Kenshin: Hijikata...

 

Aoshi: Tú te encuentras mal herido al igual que todos nosotros Hijikata.

 

Hijikata: Te equivocas, yo me encuentro en mejores condiciones que ustedes. Además, nadie se mete con un Lobo de Mibou y sale ileso.

 

Hijikata le dio la vuelta a Kenshin y Kaoru y se colocó justo frente a Hirokazu, quién lo miraba una ves más con una sonrisa y una mirada maliciosa.

 

Hirokazu: Admito que de seguro en otras circunstancias, de seguro el gran Hijikata Toshizou me habría hecho pedazos con tan solo efectuar una técnica. Pero ahora, mírate, tu cuerpo esta mal herido y con los efectos del Amakakeru de Himura, mientras que yo estoy en optimas condiciones. Todo esto te pone en mucha desventaja.

 

Hijikata: Himura llegó ante mí con su cuerpo en peores condiciones que yo. Sí el fue capaz de derrotarme en ese estado, (Colocándose en posición para el Doble Gatotsu número uno) con más razón debo de poder derrotar a una basura como tú.

 

Hirokazu (Sonriendo): ¿Olvidas acaso que yo también ya he visto tu técnica en repetidas ocasiones?, aunque no conozco el Gatotsu tan bien como Hayai, sé lo suficiente para contrarrestar los zarpazos de un Lobo herido.

 

Hijikata no contestó nada, simplemente se le quedó viendo con su expresión de siempre, sin perder en ningún momento la posición inicial de su técnica.

 

Kaoru: Kenshin, ¿no piensas ayudarlo?

 

Kenshin: Hijikata jamás hubiera querido que Hayai o alguno de sus hombres interviniera en la batalla que tuvo con nosotros, no creo que le gusta que alguno de nosotros lo hagamos. Además mi cuerpo ya no puede más, he gastado todas mis energías en mi ultimo ataque, aunque quisiera no podría hacer nada contra él.

 

Aoshi: En el estado en el que se encuentra, ¿crees que tenga alguna oportunidad frente a él?

 

Kenshin: Hirokazu es muy fuerte y hábil, puedo decir que casi siempre nunca fui capaz de igualarlo. Además Hijikata esta muy débil, no sé si pueda hacer algo.

 

Saito: No conocen bien a Hijikata, si aún sigue siendo el mismo que conocí él de seguro lo derrotará.

 

Hijikata y Hirokazu se miraban el uno al otro. Uno tenía su rostro lleno de frialdad, mientras que el otro lo tenía lleno de malicia. Hirokazu se quedaba parado sujetando su espada con la mano derecha, esperando a que Hijikata ejecutará su técnica.

 

De repente, Hijiakata se abalanzó rápidamente hacía Hirokazu para ejecutar su Doble Gatotsu. Hirokazu a su ves, sujeto con fuerza su espada con la mano derecha y la movió hacía su izquierda, hasta que la hoja estaba prácticamente a lado de su hombro izquierdo. Cuando Hijikata estaba a corta distancia de Hirokazu, se disponía a mover su espada derecha hacía la derecha y la izquierda al frente como siempre, sin embargo, para su sorpresa, Hirokazu movió rápidamente su espada hacía la derecha con gran fuerza; debido al tamaño de la hoja de la espada y la a fuerza del movimiento, Hirokazu logró no solo desviar la espada derecha, si no también la izquierda y así escapando al mismo tiempo de los dos golpes.

 

Aoshi: ¡¡Desvió las dos espadas!!

 

Seijuro: ¡Hijikata tiene su costado derecho sin ninguna defensa!

 

Hirokazu primero con su pierna izquierda golpeo con fuerza a Hijikata justo en sus costillas derechas. Luego, rápidamente dio un giro completo hacía la derecha sobre su pie derecho, hasta que su espada chocó justo en las costillas derechas de Hijikata, no solo haciéndole una cortada con el filo de la Kyokyoku, si también fracturándole las costillas. El golpe además empujo a Hijikata hacía su izquierda, directo hacía una de las paredes de la habitación estrellándose con fuerza con ella.

 

Hirokazu: Esperaba más Hijikata. Ponte de pie de una buena ves que desde ordenar de una buena ves que te ejecuten.

 

Kenshin: Hirokazu, ¿acaso no te das cuenta de que tu tendrás su misma suerte?

 

Hirokazu: Te equivocas Himura, ¿acaso crees que Hijikata consiguió todo este apoyo del ejercito por su alto rango?, todos los de altos rangos dentro del ejercito planeamos todo esto, todo estaba planeado desde hace mucho tiempo. Todos los miembros del Grupo de Hijikata serían ejecutados y a mí no me tocarían ya que yo soy también parte de todo este plan.

 

Sanosuke: No entiendo nada.

 

Hirokazu: Es muy complejo para mentes simples como ustedes. Acéptalo Kenshin, así es como se maneja este Gobierno.

 

Hijikata: Ya deja de hablar...

 

Hijikata logró ponerse de pie una ves más. Hirokazu volteo a verlo sin perder su sonrisa y al ver que estaba de pie, se giró hacía él.

 

Hijikata: Antes de ser ejecutado por el ejercito, preferiría el suicidarme. Esto aún no acaba Serizawa.

 

Hirokazu: ...¡¡Hazlo Entonces!!

 

Hijikata se abalanzó una ves más contra su contrincante con sus espadas hacía los lados. El antiguo Shinsen Movió sus dos espadas hacía el centro, cada una directo a un lado del cuello de Hirokazu. Para escapar del ataque, Hirokazu, se gacho hacía abajo, inclinando su espalda hacía atrás. Las dos espadas de Hijikata prácticamente pasaron sobre su nariz.

 

Una ves que las espadas de Hijikata ya habías pasado, Hirokazu recuperó la compostura y rápidamente movió su gran espada con la mano derecha, directo hacía Hijikata; con la punta de su espada le hizo a esté una cortada en horizontal en el estomago. Luego, para asegurarse de no ser atacado por sus espadas, lo empujo con su pie derecho justo en el estomago, directo en la herida, empujándolo hacía atrás.

 

Sanosuke: ¿Qué pasa?, ese sujeto lo hiere muy fácilmente.

 

Seijuro: Eso es obvio, no hay nadie que logré pelear como antes justo después de haber recibido el Amakakeru Ryu No Hirameki. Su movimientos son más lentos y eso es un defecto fatal en un combate.

 

La Herida parece no afectar a Hijikata, pues una ves más recupera la compostura sin perder de vista a su oponente. Una ves más, se coloca la posición para ejecutar su técnica, pero esta ves el Gatotsu número dos.

 

Hirokazu (Sonriendo): Eres terco, ¿verdad Hijikata?

 

Hijikata solo se abalanzó una ves más contra Hirokazu. Cuando ya se encontraba a poca distancia, movió su espada derecha hacía abajo, a lo que Hirokazu retrocedió de un salto hacía atrás. Luego, Hijikata movió su otra espada directo hacía abajo con ángulo hacía el pecho de Hirokazu; esté dio un largo salto hacía arriba, haciendo que la espada chocará contra el suelo. Cuando Hijikata volteo hacía arriba, Hirokazu no estaba en el aire; justo un segundo después, escucho un sonido detrás de él, como que algo cayó, y de inmediato supo que Hirokazu había saltado hasta colocarse detrás de él.

 

Hirokazu: Cuida tu espalda Hijikata.

 

Rápidamente Hirokazu movió su espada de manera circular de derecha a izquierda, haciéndole una cortada vertical en horizontal justo a la mitad de la espalda.

 

Kaoru: ¡Lo Hirió otra vez!

 

Kenshin: Hijikata, no te rindas...

 

Hijikata no pudo evitar caer al suelo tras el ultimo ataque, pero logró sostenerse con sus espadas antes de caer por completo, mientras Hirokazu se encontraba detrás de él. Entonces, Hirokazu levanto su pierna derecha y la colocó sobra la espalda de Hijikata, empujándolo hacía abajo y provocando que esté cayera por completo al suelo boca abajo.

 

Saito: ¡¿Cómo se atreve?!

 

Hirokazu (Con su pie en la espalda de Hijikata): Hasta aquí has llegado viejo Lobo, debiste haberte retirado cuando fuiste derrotado en Hokkaido, debiste haber abandonado tu espada, pero no, nunca puedes cambiar a un Viejo Lobo.

 

Hijikata (En el suelo): Ya... cállate...

 

Hirokazu: ¿He?

 

Hijikata colocó sus manos en el suelo y con ellas se empezó a levantar, como si estuviera haciendo una lagartija. Luego comenzó también a levantarse con las rodillas y era como si sus fuerzas regresarán, lo que tenía sorprendido a Hirokazu que a pesar de empujar con su pie, no podía hacer que Hijikata se bajará. De repente, sin aviso alguno, Hijikata se impulsó con sus manos y pies hacía arriba, aún con pie de Hirokazu en su espalda, lo que provocó que esté fuera literalmente impulsado hacía atrás.

 

Hijikata había dejado sus espadas en el suelo, por lo que mientras se encontraba en el aire, estaba desarmado. De repente, giró su cuerpo hacía abajo, directo hacía Hirokazu, que aún no tocaba suelo después de empujón. Hijikata colocó su puño izquierdo hacía atrás y su mano derecha al frente, apuntando hacía abajo.

 

Yahiko: ¿Eso es un Gatotsu?

 

Saito: ¡¿usará el Gatotsu Yonshiki con su puño?!

 

Hijikata se impulsó con rapidez hacía abajo con su puño izquierdo en posición para atacar. Para cuando Hirokazu logró poner sus pies en el suelo y voltear para arriba, ya era tarde. Hijikata lo golpeó con fuerza con su puño justo en el rostro. Por el impulso y el golpe, ambos combatientes cayeron al suelo por algunos momentos.

 

Misao: Increíble, ¡Que recuperación!

 

Aoshi: Te equivocas Misao, Hijikata aún sigue mal herido.

 

Hirokazu se puso rápidamente de pie. Colocó su mano izquierda sobre su mejilla izquierda, que fue donde recibió el golpe. Se giró hacía Hijikata y vio que esté aún no se ponía de pie.

 

Hirokazu: Interesante movida Hijikata, pero no muy efectiva.

 

Hirokazu miró por encima de su hombro izquierdo, y vio que las dos espadas de Hijikata se encontraban en el suelo detrás de él.

 

Hirokazu: Mira eso, parece que ahora estas desarmado.

 

Hijikata lentamente se puso de pie, dejando en el suelo una mancha de sangre que brotaba de sus heridas. Una ves que estaba de pie, se giró rápidamente hacía Hirokazu; luego volteo la mirada hacía sus espadas que estaban detrás de su enemigo.

 

Hirokazu: Ya no sé si decirte si eres fuerte, valiente o simplemente terco. Talvez seas las tres cosas. Bien Hijikata, sus espadas están detrás de mí, si quieres llegar a ellas, tendrás que pasarme, vamos, usa esa gran velocidad y astucia del ultimo Líder del Shinsengumi y llega a ellas.

 

Hijikata simplemente se le quedó mirando directo a los ojos sin decir una palabra. Hasta el momento lo único que había recibido Hirokazu era un golpe en la cara, mientras que Hijikata ya había recibido dos heridas de su parte, más las heridas después de sus combates pasados.

 

Hirokazu: Para que veas que no soy malo...

 

Hirokazu se movió dos pasos hacía su derecha, dejando el camino libre para que las espadas de Hijikata estuvieran justo enfrente a él.

 

Hirokazu: Vamos, ya te di más ventaja, ¿acaso no sabes aprovechar las oportunidades?, vamos, esto es por nuestra vieja amistad.

 

Sanosuke: Ese sujeto se esta burlando de él.

 

Aoshi: Aunque pudiera pelear sin armas es poco probable que pueda hacer algo ante esa enorme arma. Si se acerca a sus espadas lo más seguro es que Hirokazu planee algo para atacarlo, pero no le quedan muchas opciones.

 

Hijikata y Hirokazu se quedaron inmóviles por un tiempo. De repente, Hijikata corrió rápidamente hacía el frente directo a sus espadas. Cuando Hijikata estaba justo a lado de Hirokazu, esté se dio la vuelta rápidamente y abalanzó su gran arma directo a la espalda de Hijikata.

 

Hirokazu: ¡¡Te dije que cuidarás tu espalda!!

 

Cuando parecía que la gran arma de Hirokazu alcanzaría a Hijikata, esté se agacho rápidamente, colocó sus manos en el suelo y levanto las piernas, colocando sus pies justo en la hoja del arma.

 

Misao: ¡¿Detuvo la espada con sus pies?!

 

Saito: No, su idea no es detener en ataque, si no usarlo a su benefició.

 

Hijikata se impulso con sus pies en el arma como si fuera una trampolín, impulsándose al frente derecho hacía sus armas. En el aire, tomó sus dos armas y luego bajo sus pies para tocar el suelo. Al mismo tiempo, Hirokazu, quién ya se había dado cuenta del plan de Hijikata, movió su espada hacía atrás para ejecutar su técnica principal.

 

Hirokazu: ¡¡Tenki Maru Mochu Número dos!!

 

Hirokazu arrojó su gran espada hacía arriba. Justo cuando Hijikata colocó sus pies ene l suelo, el arma estaba dando vueltas sobre él. Rápidamente la Kyokyoku se aproximo hacía abajo, directo a la cabeza de Hijikata. El antiguo líder Shinsen dio un salto hacía atrás, lo que hizo que la espada chocará contra el suelo de madera, volviendo a este pedazos y pedazos de madera.

 

La Espada de Hirokazu volvió a su mano. Cuando volvió la mirada al frente, vio a Hijikata que estaba frente a él con sus dos espadas en las manos. Entre ambos combatientes había un enorme agujero provocado por la técnica.

 

Hirokazu: ¿Puedes decirme como es que te puedes mover con tal velocidad después de haber recibido todas esas heridas?

 

Hijikata: No, no puedo decirte...

 

Hirokazu: Sabes muy bien que perderás, no hay forma de que tú me derrotes, y tú lo sabes muy bien.

 

Hijikata: Deja de hablar como si ya me hubieras derrotado Serizawa.

 

Hirokazu: Como quieras...

 

Repentinamente, Hirokazu dio un largo salto, pasando el agujero. Cuando estaba a punto de estrellarse contra Hijikata, movió su espada hacía arriba y luego rápidamente hacía abajo. Hijikata se defendió colocando sus dos espadas cruzadas por encima de su cabeza, con lo que detuvo el golpe. Hirokazu logró impulsarse hacía arriba empujando su espada hacía abajo, colocándose por encima de Hijikata; desde esa posición, volvió a arrojar su espada como en las veces anteriores, pero estaba ves hacía abajo.

 

Hijikata dio un rápido salto hacía el frente, pasando el agujero. La espada bajo hasta atravesar el piso de madera. Sin embargo, justo cuando Hijikata puso los pies una ves más en el suelo, la espada de Hirokazu resurgió de nuevo, subiendo por el primer agujero que habías hecho, golpeando a Hijikata justo en la espalda, y por supuesto, hiriéndolo.

 

Hijikata casi cae al suelo tras el golpe, pero logró sostenerse con sus dos armas. Hirokazu bajo del aire, colocando sus pie de vuelta en el ya algo maltratado piso de madera. Se giró hacía su contrincante y vio que esté trataba de ponerse de pie. Para evitar que lo hiciera, una ves más dio un largo salto al frente, cayendo con sus dos pies justo en la espalda de Hijikata y prácticamente clavándolo en el suelo.

 

Hirokazu (Parado en la espalda de Hijikata): Eres un estúpido al creer que tenías alguna oportunidad, ¿cómo te atreviste a pensar que el títere podría rebelarse ante titiritero? 

 

Hirokazu comenzó a levantar su pie derecho y luego aplastarlo contra la espalda de Hijikata, como si estuviera matando a un simple insecto. Hijikata simplemente hacía pequeños gemidos de dolor, pero no llegaba a gritar.

 

Kaoru: Kenshin, tenemos que hacer algo.

 

Kenshin: ...

 

Para terminar de una ves, se bajo de la espalda de Hijikata y tomó su arma, que estaba en el suelo después de golpear a Hijikata, con la mano derecha. Se colocó frente a la cabeza de Hijikata y alzó su espada al aire para dar un ultimo ataque.

 

Hirokazu: Fue divertido el servirle Señor Daimyo, pero todo acaba aquí.

 

Hirokazu bajo rápidamente su espada hacía abajo, directo a la cabeza de Hijikata. Cuando parecía que ya todo terminaría, algo detuvo a Hirokazu: dos cuchillas de ninja se clavaron justo en su  mano derecha, lo que provoco que Hirokazu soltará su arma, haciendo que esta se clavará a pocos centímetros de la oreja izquierda de Hijikata.

 

Hirokazu se volteo hacía Kenshin y los otros y vio a Misao con su mano derecha extendida hacía él y aún con dos cuchillas en sus dedos.

 

Hirokazu: ¿Así que ahora quieren intervenir?

 

Kenshin lentamente hizo a un lado la mano de Kaoru y logró enderezarse. Enfundo su espada sin filo en su funda y luego lentamente dio unos pasos al frente.

 

Kenshin: Hirokazu, jamás pensé el ver el día en que en realidad te convirtieras en un asesino despiadado. Nosotros nos hicimos un juramente, ¿acaso ya lo olvidaste?, nos prometimos que usaríamos nuestros estilos y nuestras espadas para ayudar a los demás, pero tú lo has roto y has olvidado todo lo que se significaba.

 

Hirokazu: Los tiempos cambian Himura, a lo largo de Diez años uno encuentra verdades diferentes, tú, Yosuke y Manami talvez hayan encontrado la suya, pero yo encontré la mía propia, mi camino.

 

Kenshin: Entonces, en el nombre de Manami e Itsuko y por respeto al Shinsengumi, antes de matar a Hijikata primero tendrás que pasar sobre mí.

 

Kenshin acercó su mano derecha a la empuñadora de su espada, listo para desenfundar. Hirokazu lo miró con una expresión seria, pues no entendía el porque de tales comentarios. Entonces, Kaoru se acercó muy decidida y se colocó a lado del pelirrojo.

 

Kaoru: No me importa cual sea la historia que tu tengas con Kenshin ni de donde lo conoces, yo he peleado con a su lado y lo he apoyado y ahora él es parte de mi familia. Y si quieres llegar a él primero tendrás que pasarme a mí.

 

Kenshin: Kaoru...

 

Kaoru: Y te advierto que no intentes subestimarme, yo también soy una peleadora.

                                                                                                          

Yahiko camino hacía al frente y se colocó del otro lado de Kenshin con su espada de Bambú al frente.

 

Yahiko: Yo digo lo mismo, primero tendrás que pasar sobre mí.

 

Sanosuke también camino hacía los demás y se colocó frente a Kenshin, Kaoru o Yahiko.

 

Sanosuke: También tendrás que pasar sobre mí.

 

Megumi: Aunque no soy la mejor peleadora, también tendrás que matarme a mí antes de tocar a Kenshin.

 

Misao: A mi también, después de todo yo soy la líder de los Oniwabanshu y no dejaré que toques a Himura.

 

Kenshin (Sonriendo): Amigos...

 

Saito, Aoshi y Seijuro por su parte, permanecieron apartados del resto de los que rodeaban a Kenshin.

 

Saito: ¿cómo es que todos se ponen a defenderlo?

 

Seijuro: Se ve que aún no te das cuenta. Himura poco a poco se ha ganado el corazón de todos sus amigos y lo que él se disponga sus amigos lo acompañarán.

 

Aoshi: ¿Acaso ese será el secreto de la fuerza de Battousai?

 

Hirokazu miro con detenimiento a todas las personas que se paraban frente a él. No entendía el porque de que todos apoyarán con tal confianza a Kenshin.

 

Kenshin: ¿Lo ves Hirokazu?, ahora tengo amigos y compañeros que siempre están a mi lado, mientras tenga a estas personas que proteger no puedo morir tan fácil ni tampoco volveré a matar.

 

Hijikata: Esperen todos ustedes.

 

Todos voltearon a ver a Hijikata y vieron como este poco a poco se ponía de pie. En el suelo una ves más se quedaba la marca de su sangre. Hijikata se puso de pie y levanto la mirada hacía Hirokazu.

 

Hijikata: Aún no he terminado, no quiero que se intrometan.

 

Kenshin: Hijikata.

 

Kaoru: Pero señor Hijikata, en ese estado quien sabe las consecuencias que podría sufrir.

 

Hijikata: ... antes deseaba que tener un ultimo combate para que por fin de una ves por todas mi alma pudiera descansar en paz. Pero, no, ahora con toda mi alma debo de ganar este combate. En el nombre de Hayai y de mis antiguos compañeros del grupo Shinsen, no los vengaré derrocando al gobierno si no que lo haré derrotando a esté sujeto.

 

Hirokazu: Bien... me parece bien. Himura, no me importa que tantos amigos has tenido, ninguno de ellos podrá ayudarte de verdad en un combate así como ninguno de ellos puede ayudar a Hijikata en estos momentos. Hijikata, vamos a pelear, prometo darte esa ultima pelea que tanto deseas pero debes de saber que pelearé a matar.

 

Hijikata: Lo mismo digo...

 

Ambos se tomaron con fuerza sus armas preparándose para comenzar el combate una ves más.

 

Misao: Creo que es cierto, el tal Hijikata es muy terco, no podrá hacer nada frente a ese sujeto.

 

Sanosuke: A no lo sé, hasta ahora a podido seguirle el ritmo, no creo que sea bueno subestimarlo.

 

Megumi: Pero se encuentra haciendo un esfuerzo sobrehumano, tarde o temprano su fuerzas lo abandonarán.

 

Hijikata y Hirokazu se abalanzaron contra el contrario. Hijikata atacó a Hirokazu con su espada Derecha, la cual Hirokazu detuvo con su gran arma.

 

Kaoru: Es increíble como puede mover arma de tal tamaño como si se tratará de una espada común.

 

Sanosuke: Ni siquiera yo era capaz de mover mi arma con es habilidad, Kenshin, parece que lo conoces, ¿qué tan fuerte es esté sujeto?

 

Kenshin: No sé si se haya vuelto más fuerte o más débil en este tiempo, pero podría decir que él fue el primero en derrotar a Battousai el destajador.

 

Yahiko: ¿Cómo dice?

 

Hijikata y Hirokazu chocaron sus armas en repetidas ocasiones. Todos, incluyendo a Hijikata, estaban sorprendidos de cómo Hirokazu movía su espada con gran facilidad y velocidad.

 

Después de tratar inútilmente de tocar a su enemigo, Hijikata se alejó de él de un salto hacía atrás, quedando a la orilla del agujero en el suelo. Rápidamente se colocó en la posición para su Doble Gatotsu, para luego abalanzarse contra Hirokazu.

 

Hijikata movió su espada derecha hacía esté lado de manera circular, a lo que Hirokazu respondió moviendo su espada de izquierda a derecha, deteniendo el movimiento de la espada de Hijikata. Sin embargo, justo cuando sus dos armas se tocaron, Hijikata giró su pie izquierdo hacía atrás y movió su espada izquierda junto con él de manera circular, directo a la parte izquierda del cuello de Hirokazu. Sin embargo, cuando parecía que lograría golpearlo, Hirokazu detuvo la espada con tres dedos.

 

Sanosuke: ¡Lo detuvo!

 

Hijikata: Maldición.

 

Hijikata se aparto de Hirokazu de un salto hacía enfrente; luego se giro rápidamente hacía él. Hirokazu lo veía un una mirada y expresión seria que luego se transformo en una risa de burla.

 

Hirokazu: No me digas que ese es el famoso Doble Gatotsu, se ve más impresionante cuando lo miras de lejos.

 

Hijikata: Aún no has visto nada, ahora serás victimas de los cuatro colmillos del Lobo.

 

Hijikata una ves más se colocó en la posición inicial para efectuar su Doble Gatotsu número uno, con su espada izquierda apuntando directo al pecho de Hirokazu, a pesar de que la ves anterior, esté logró neutralizar la técnica con su Kyokyoku. 

 

Hirokazu: ¿Aún sigues intentando con tu famosa técnica esa?, que terco eres Hijikata.

 

Una ves más, el ultimo líder del Shinsengumi se abalanzó hacía Hirokazu ejecutando su técnica. Movió su espada derecha hacía ese lado. Como antes, detuvo el movimiento de su espada. Luego, Hijikata movió su otra espada hacía el frente; colocando más fuerza en su brazo derecho, logró mover su espada más a la derecha, desviando las dos espadas hacía ese lado. Sin embargo, aprovechando el impulso del empujón que le dio, Hijikata se giró hacía la izquierda en un giro completo; mientras giraba se agacho un poco, hasta que su espada izquierda llegó a la altura de la pierna de Hirokazu, haciéndole una cortada en la pierna izquierda.

 

Misao: Consiguió herirlo

 

Luego, Hijikata se levanto para mover su espada derecha en línea, directo al corazón de Hirokazu, pero esté, rápidamente interpuso su espada, deteniendo el movimiento del arma de Hijikata.

 

Hirokazu: ¡¡De los cuatro Golpes de tu técnica solo uno me tocó y la herida es demasiado superficial!!

 

Hirokazu movió su espada con fuerza hacía la derecha, golpeando con fuerza a Hijikata con ella justo en el rostro; sin embargo lo hizo con la parte ancha del arma, es decir, no con el filo, por lo que lo único que recibió fue un fuerte golpe que lo hizo caer una ves más al suelo.

 

Kaoru: ¿Cómo es que se puede mover tan rápido y en especial con esa arma tan pesada?

 

Kenshin: No Kaoru, a pesar de su apariencia esa arma no es tan pesada como parece. Además por su forma y el material del que esta hecho, tiene una debilidad.

 

Kaoru: ¿Una debilidad?

 

Kenshin: Sólo espero que Hijikata se de cuenta de ello.

 

Hirokazu: Un golpe en la cara y un rasguño en la pierna, esperaba más del gran Hijikata Toshizou vicecapitán del Grupo Shinsen.

 

Misao: Himura, ese sujeto lo matará, ¿te quedarás ahí muy tranquilo?

 

Kenshin: Pero, ¿qué quieres que haga Misao?

 

Sanosuke: Vamos, yo aún estoy buenas condiciones, si eres tan valiente ven a pelear conmigo.

 

Hirokazu volteo a ver a Sanosuke riéndose de una manera burlesca. Luego se volteo una ves más hacía Hijikata, quién aún no parecía tratar de levantarse.

 

Hirokazu: no te preocupes tonto, en cuanto acabe con Hijikata con gusto los mataré a todos ustedes.

 

Hijikata: Esperen...

 

Hirokazu: ¿Qué?

 

Hijikata lentamente se volvió a poner de pie. Parecía tener una herida en la cabeza después de el ultimo golpe de Hirokazu, porque comenzaba a sangrar, y la sangre cubría su ojo izquierdo.

 

Hijikata: Ya les dije que no intervengan, yo... yo debo acabar este combate por mi cuenta.

 

Hirokazu: eres una persona admirable Hijikata. Pero a la ves muy tonta. Bien... ¡¡¡Si quieres morir lo haré de una buena ves!!!, ataca, intenta una ves más el herirme, te advierto que en este ataque será para matarte, es inevitable, si no logras derrotarme en este ataque, morirás y quedarás como una mancha roja en la Historia de este País...

 

Hirokazu tomó su espada con la mano derecha y colocó la punta en el suelo; luego la movió hacía la izquierda, colocándose de lado. Hijikata espero unos segundos antes de ponerse en condición; por unos momentos bajo la mirada y cerro lo ojos como pensando en algo. Luego, tomó una posición mucho extraña: hizo su brazo izquierdo junto con su espada hacía atrás, horizontalmente y con la punta apuntando al frente, como la posición del Gatotsu; luego se colocó de lado como siempre, pero en lugar de colocar su espada derecha sobre la otra como siempre, hizo su espada hacía la izquierda y atrás, con la punta apuntando hacía abajo, es decir, como si estuviera enfundada, pero no la guardo en su funda; era algo parecido a la posición Battou, pero la mano izquierda no estaba agarrando la funda y la espada no estaba enfundada.

 

Aoshi: ¿Qué es esa posición Saito?

 

Saito: Lo ignoró, no se parece a los otros Dobles Gatotsu.

 

Aoshi: Pero, su mano derecha no sostiene la punta de la espada, ¿funcionará igual que un Gatotsu?

 

Saito: Sí, lo más seguro es que sí. El Gatotsu Zeroshiki se efectúa sin usar una posición previa o igual que las otras, es probable que esa sea otra variación del Gatotsu Doble.

 

Hirokazu: ¿Acaso esa es otra de tus técnicas?

 

Hijikata: No exactamente, está la acabo de crear ahora mismo.

 

Hirokazu: ¿Te atreves a atacarme con una técnica que nunca has efectuado?, ¿acaso crees que porque le funciono a Himura te servirá a ti?, eres más tonto de lo que pensé... ¡¡¡Prepárate!!!

 

Hirokazu se abalanzó hacía el frente; arrastraba la espada en el suelo lo que provocaba que en su camino dejará un camino en el piso. Hijikata también hizo lo mismo al mismo tiempo. Ambos se movían a toda velocidad contra el contrario. Todos tenían sus ojos puestos en los dos combatientes que se abalanzaban contra el contrario.

 

Hirokazu: ¡¡Eres muy terco Hijikata, con este movimiento te cortaré la cabeza!!

 

Hijikata: ¡¡No estés tan seguro!!

 

Ambos ya se encontraban a poca distancia. Hirokazu movió con fuerza su espada hacía la derecha desde la parte izquierda, directo hacía la cabeza de Hijikata. Entonces, como si se tratará del Amakakeru, movió su espada derecha a toda velocidad hacía la derecha, golpeando con fuerza a al espada de Hirokazu y deteniéndola. Justo cuando ambas espadas chocaran, se escuchó un gran estruendo en todo el castillo, como el choque de dos grandes pedazos de metal pero a mayor sonido.

 

Hirokazu: ¿Qué pasa?... no... no... puedo mover mi brazo...

 

Aoshi: ¿Qué paso?

 

Kenshin: La Kyokyoku por dentro esta hueca.

 

Kaoru: ¿Hueca?

 

Kenshin: Así es, por eso es una arma más ligera de lo que parece. Al estar hueca, cuando se le golpea con otro objeto metálico, se crean ondas sonoras que rebotan dentro del arma, lo que provoca una vibración; si ese golpe es de una potencia muy alta, la vibración se hace tan fuerte que el brazo que sostiene la espada se queda inmóvil por unos segundos.

 

Saito: ya veo, al colocar su espada en esa posición, Hijikata lo que tenía pensado era agarrar mayor impulso y así al chocar contra la espada esta se quedaría inmóvil.

 

Hirokazu: No imposible...

 

Hijikata: Escucha con mucha atención Serizawa... ¡¡¡NUNCA TE METAS CON UN LOBO DE MIBOU!!!

 

Hijikata movió con fuerza su espada derecha hacía la derecha; su espada se partió en mil pedazos pero al mismo tiempo rompió en dos la gran arma de Hirokazu; luego alzó su espada izquierda al frente como en los Gatotsu, directo al costado al costado derecho de Hirokazu, y como este tenía el brazo inmóvil, no logró detener el ataque y por primera ves en el combate, fue alcanzado por un Gatotsu.

 

La espada atravesó por completo el costado derecho de Hirokazu. Por el impulso del golpe, Hirokazu salió volando hacías atrás junto con la espada de Hijikata encajada en su cuerpo, hasta que esta se quedó encajada en la pared junto con él. Hirokazu volteo a ver a Hijikata un momento, para luego bajar la mirada y quedar inconsciente...

 

Sanosuke: ¡¡Lo logró!!

 

Misao: Bien, se ve que es un verdadero Líder del Shinsengumi.

 

Kenshin (Sonriendo): Por fin ya todo acabó...

 

Kaoru: Kenshin... Mira...

 

Kenshin levanto la mirada y lo primero que vio fue como Hijikata soltaba lo que le quedaba de su espada derecha para luego lentamente caer hacía atrás hasta que su espalda fue una con el suelo.

 

Todos se acercaron a él lo más que podían, pues muchos estaban heridos. Misao se acercó, se arrodillo a lado de él, y logró sentarlo mientras ella lo sostenía con sus manos.

 

Misao: vamos, resista señor Hijikata, miré a ganado el combate limpiamente.

 

Hijikata lentamente abrió loso ojos y vio a Hirokazu clavado en la pared. Entonces, algo increíble, en sus labios se dibujo una sonrisa.

 

Hijikata: Sí, por fin lo he terminado...

 

Kaoru: ¡esta sonriendo!

 

Kenshin: Ahora ya su alma se encuentra en paz.

 

Hijikata (cerrando los ojos): Battousai, Saito, Shinomori... por favor... acérquense...

 

Los tres heridos cumplieron la petición, acercándose casi arrastrando sus pies por el suelo hasta colocarse frente al samurai tirado en el suelo. Hijikata abrió sus ojos una ves más y con la vista decorrió a los tres que se encontraban frente a él.

 

Hijikata (Sonriendo): gracias a todos ustedes, ustedes son en verdad unas personas muy importantes para mí.

 

Kenshin: Hijikata...

 

Hijikata (Volteando a ver a Saito): ya sea apoyándome y estando a mi lado (Volteando a ver a Aoshi) Ya sea salvándome la vida y dándome esperanzas (Volteando a ver a Kenshin) o ya sea haciéndome ver mis errores y abriéndome los ojos, todos ustedes son una parte importante de mi vida, una vida en la cual no cambiaría nada. Ustedes son mi pasado (Viendo a Saito) Mi presente (Viendo a Aoshi) y mi... futuro (Viendo a Kenshin)...

 

Saito: No hables así Hijikata, ¿por qué actúas así?, nunca en todos los años en que peleamos juntos actuaste de esta manera.

 

Hijikata: Hajime, mi leal amigo... cuando una persona esta ante las puertas de la muerte, una piensa en todo lo que ha hecho de su vida. He tenido lo que deseaba, he vengado a mis compañeros caídos del Shinsengumi y he tenido mi ultimo... mi ultimo combate... ahora Hijikata Toshizou que murió hace algunos años en Hokkaido... (cerrando los ojos) puede descasar en paz...

 

Todo se quedo en un silencio casi espeluznante por unos momentos. Megumi rápidamente se acercó a él, lo tomó del brazo y colocó sus dedos en su cuello. Luego se giró hacía los demás y lentamente movió su cabeza de un lado a otro.

 

Aoshi: Hijikata Toshizou murió en Hokkaido, Daimyo Akai murió al recibir el Amakakeru de Battousai, entonces, ¿quién a muerto en este instante?

 

Kenshin giró su cabeza hacía el bacón del castillo. El sol ya casi comenzaba a ocultarse por completo detrás de los árboles. Su aventura en Osaka ya había acabado...

 

 

 

Tiempo después, ya al atardecer, vemos a los soldados del ejercito inspeccionando el castillo. La vista de dos soldados se encuentra en el enorme agujero en el suelo hecho durante el combate, mientras otros tiene sus ojos puestos en una espada solitaria manchada de sangre que se encuentra clavada en la pared. Pero, no hay rastros de ninguna persona que haya combatido dentro de ese castillo ese día...

 

 

 

En una habitación alumbrada únicamente por la luz de una vela, acostada sobre una cama blanca, se encuentra una mujer de cabellera negra. De repente la mujer abre los ojos y se sienta en la cama. Ve su cuerpo y se da cuenta de que esta vendada de sus heridas; se gira hacía su derecha y ve que camina otra mujer de cabello negro camina hacía ella.

 

Megumi: Veo que ya despertaste.

 

Hayai: ¿Quién es usted?

 

Megumi: Sólo soy una amiga. La herida de tu espalda era grave pero pudimos curarte antes de que algo terrible pasará.

 

Hayai: Tú eres amiga de Battousai, ¿por qué me ayudas?

 

Megumi: Para una doctora no hay ni amigos ni enemigos. Este es mi trabajo y nada más.

 

Hayai: ¿Qué sucedió con el combate?, ¿y el señor Daimyo?

 

Megumi: ...

 

 

Reunidos alrededor de una enorme llama como de una fogata, se encuentran Saito, Kenshin, Aoshi, Sanosuke, Seijuro, Yahiko, Kaoru, Misao, Tokio la esposa de Saito, Eiji y Chou. De entre las llamas de la enorme fogata, se ve la figura de un cuerpo humano, calcinándose en el calor de las llamas, en esa fría noche de otoño.

 

Todos o casi todos tienen el cuerpo cubierto de vendas después de tal combate. Los ojos de todos se encuentran puestos en las llamas que consumen el cuerpo. De repente, unos pasos se acercan lentamente a ellos; Kenshin y  Kaoru se dan media vuelta y ven que Megumi se acerca, con Hayai apoyada en ella.

 

Kenshin: ¿Ya estas bien Hayai?

 

Ya cuando estaba cerca, Hayai se separó de Megumi y camino al frente. Sus ojos se perdieron por unos momentos en el fuego.

 

Hayai: ¿Es el Señor Daimyo?

 

Aoshi: Así es, es mejor así. Convencimos al Ejercito que Daimyo Akai escapó junto con sus hombres de confianza. 

 

Saito: si el gobierno tuviera en su poder el cuerpo de Hijikata se darían cuenta de que se trata de él y no de Daimyo Akai y entonces el nombre del Grupo Shinsen quedaría manchado, él no hubiera querido eso. Es mejor que la historia piense que Hijikata Toshizou murió en Hokkaido y que Daimyo Akai escapó hacía algún lugar del mundo.

 

Sanosuke: ¿Y que hay de los hombres de Hijikata?, ¿no lo contarán?

 

Hayai: Pocos de los soldados sabía que el señor Daimyo era Hijikata, yo estoy segura de que ninguno de ellos no dirán nada.

 

Kenshin: ¿Qué ocurrió con Hirokazu?

 

Saito: Cuando el ejercito entro al castillo, no había rastros de esa comadreja. Parece que sobrevivió al ataque y tuvo las fuerzas suficientes para escapar.

 

Sanosuke: De seguro no será lo último que sepamos de ese sujeto.

 

Kaoru: ¿Cómo fue que Hijikata se relacionó con un sujeto como ese?

 

Hayai: como ya saben, el señor Daimyo era un militar de alto rango, al estar en su posición se enteró de esos planes que tenían Serizawa y otros soldados de derrocar al Gobierno, o eso fue lo que le dijeron y lograron hacer que él se uniera.

 

Aoshi: ¿Qué me dices tú Battousai?, ¿de donde lo conoces?

 

Kenshin: Esa es una larga historia y este no es el lugar adecuado para hablar de esto.

 

Saito: Otra cosa, ninguno de los miembros más importantes del Grupo de Hijikata fue atrapado. El antiguo miembro del Grupo Shinsen, Makaiju, fue atrapado en el bosque pero se las arregló para escapar y ahora no se sabe donde esta.

 

Aoshi: ¿Y Hien?

 

Saito: La Ninja de nombre Hien tampoco fue encontrada, quién sabe donde estén esos dos...

 

 

En ese mismo momento, parados en una loma cercana, viendo a lo lejos la luz de la fogata, sin saberlo, se encontraban Hien y Makaiju, observando con detenimiento el ultimo adiós a una persona importante para ellos.

 

Makaiju: El señor Daimyo a muerto, jamás pensé que vería eso. No estuve presente para ayudarlo en Hokkaido y ahora no estuve presente para ayudarlo aquí.

 

Hien: No se culpe señor Makaiju, así debieron ser las cosas desde un principio.

 

Makaiju: de haber sabido antes que esto pasaría, yo estaría ahora haya abajo, tocando una melodía en mi violín para él.

 

Hien extendió su mano con el instrumento de madera hacía Makaiju, quien se sorprendió al verlo en sus manos.

 

Hien: Tomé, deléiteme a mí y al señor Daimyo.

 

Makaiju (Sonriendo mientras tomaba el violín): ¿Deléiteme?, ¿ahora ya admites que nuestros viajes a occidente influyeron en ti?

 

Hien: Mejor no diga nada...

 

Makaiju tomó su violín y comenzó a tocar una melodía en él. La melodía fue escuchada hasta por aquellos que estaban frente a la fogata.

 

Hayai (Sonriendo): ese debe de ser Makaiju, nadie lo toca como él.

 

Kenshin: Y dime Hayai, ¿qué harás ahora?

 

Hayai: El señor Daimyo a muerto y la policía me busca, será mejor que me vaya a caminar por el Japón. Talvez me vaya a perseguir a ese miserable de Hirokazu y vengarme de él por lo que hizo.

 

Sanosuke: Yo sé como te sientes, sé lo que es perder a alguien que quieres de verdad.

 

Hayai: No malinterpretes, yo no amaba al señor Daimyo, simplemente le tenía un enorme respeto, era como un padre (Volteando a ver a Kaoru) y ahora he perdido dos padres...

 

Kaoru: Hayai...

 

Hayai (Viendo a Kaoru): además, yo tengo unos gustos más diferentes...

 

Kaoru: ¡¿Qué?!

 

Hayai le guiño el ojo a Kaoru, y luego se alejo caminando. Todos miraban como se alejaba con una cara de extrañados.

 

Sanosuke: Oigan, ¿dijo lo que yo creo que dijo?

 

Kenshin: creo que dijo que le gustaban las...

 

Kaoru (Nerviosa): No, No, No... no hay que sacar conclusiones apresuradas....

 

Saito (Pensando): ... Ahora mi lucha a acabado, mi lucha con Battousai a acabado y el Grupo Shinsen también, ¿ahora que haré Hijikata?

 

Saito alzó la mirada. El cielo estaba despejado y se veía infinidad de estrellas en el cielo.

 

Saito (Pensando): Gi, Yu, Jin, Rei, Meyo, Makoto, Chugo... sí, mientras siga vivo, aunque sea una nueva era, sigo siendo un Lobo de Mibou...

 

 

Ya es de día. Han pasado unos tres o cuatro días desde el combate. Kenshin, Sanosuke, Kaoru, Yahiko y Megumi se encuentran frente a un vagón de tren de color rojo.  Frente a ellos se encuentran Aoshi, Misao, Okina y el resto de los miembros del Oniwabanshu de Kyoto.

 

Misao: ¿Qué?, ¿regresarán a Tokio tan rápido?

 

Okina: No estoy deacuerdo, deberían quedarse por lo menos hasta que las heridas de Himura se curen por completo.

 

Kenshin: gracias Okina, pero en estos momentos lo que queremos es llegar a Tokio después de todo esto.

 

Misao: Kaoru, dile algo.

 

Kaoru: lo siente Misao, pero yo también tengo deseos de regresar a Tokio y a mi Dojo.

 

Sanosuke: Vamonos de una buena ves que me muero de hambre.

 

Megumi: Tú siempre...

 

Sanosuke: Oye, ni porque esta ves no me lastime tanto como me pediste...

 

Megumi: ¿Enserio?, que amable...

 

Yahiko (Riéndose): Se ve que ustedes dos se gustan...

 

Sanosuke y Megumi: Cállate Yahiko...

 

Sanosuke, Yahiko y Megumi subieron al tren, mientras que Kaoru y Kenshin se quedaron un rato más con las personas que se despedían de ellos.

 

Aoshi: Himura, ¿enserio ya hiciste las paces con tu pasado?

 

Kenshin: no estoy seguro, pero desde todo esto que paso en Osaka, ahora me siento mejor con mi pasado y puede que de una ves por todas ya haya pagado de alguna manera por mis pecados (Sonriendo) pero no te preocupes, tarde o temprano tú te sentirás igual.

 

Kenshin y Kaoru subieron al tren y momentos después esté comenzó a moverse. Una ves en sus asientos, Kenshin y sus amigos se asomaron por la ventana para despedirse una ves más de sus amigos que los saludaban con la mano.

 

Cuando Misao y los otros se perdieron de vista, Kenshin y los otros regresaron a sus asientos, cuando de repente, tres figuras aparecen parados a lado de sus asientos. Eran Tokio, Saito y Eiji.

 

Eiji: ¡es el señor Himura!

 

Kaoru: Pero, si usted es...

 

Tokio: Hola, que sorpresa, no esperábamos que nos encontramos en el mismo tren.

 

Sanosuke: ¿ustedes también van a Tokio?

 

Saito: Así es tonto, por eso estamos aquí.

 

Kenshin: Saito, ¿aún no estas conforme con el resultado del combate?, porque si sí ahora podemos ser amigos...

 

Saito: ¿Amigos?, ja, tú y yo nunca seremos amigos Battousai. Estaré feliz con el resultado del combate hasta que uno de los dos muera.

 

Ambos se miraron el uno al otro, cada uno con una sonrisa en el rostro. Poco después, Saito, Tokio y Eiji tomaron sus asientos. Kenshin simplemente sonrió ante las palabras de Saito; luego volteo la mirada hacía la ventana de tren y vio gran paisaje que pasaba frente a sus ojos.

 

Kenshin (Pensando): Otro capitulo se ha cerrado Hirokazu, pero sé muy bien que tarde o temprano el día en que tú y yo nos volvamos a enfrentar llegará, solo debo esperar (Volteando a ver a Kaoru y a sus amigos) pero ahora, solo te pido un descanso para poder estar con ellos...

 

Mientras el tren rápidamente se mueve en las vías, el Kenshin-gumi poco a poco se aleja de Kyoto, y a su ves también se alejan de Osaka...

 

FIN

 

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Por fin después de tanto tiempo, lo he logrado, he terminado mi primer Fic. En serio, este es el primer Fanfic que terminó, por lo que puedo decir que esté es mi primer Fic y hasta ahora mi favorito. Esta historia enserio me llena de alegría, y además estoy feliz.

 

Quiero agradecerle a muchas personas que hicieron posible que pudiera terminar esta historia por fin. Agradezco especialmente a Bunny Saito y Makoto Javier que siempre estuvieron al corriente leyendo todos los capítulos y dándome buenos comentarios sobre cada uno. Le agradezco a Oso96_2000, The_Battou, Lt._Rafa, Ulti_Sg, Ryoga_Sith, Nadia Zeta y demás Webmasters que me permitieron publicar su historia en sus páginas. Gracias a mis hermanos y compañeros de escuela que conciente e inconscientemente me dieron ideas para continuar. Gracias a Shougo Amakusa y Misanagi, ya que al leer su Fic fue cuando me interesé en escribir Fanfics. Y Gracias a todos los que leyeron mi Fic, y aunque no me hayan dado sus comentarios, muchas gracias.

 

A lo mejor todo esto sonará demasiado cursilón, pero no sabía que más hacer aquí al final de mi primer Fic ^^ es algo emocionante.

 

Pues ya para terminar, les diré que esté no es el final de la historia, aún falta una continuación de la cual sabrán muy pronto. Por el momento me despido, ya que por algún tiempo no me meteré con los Fics, pero no me retiraré.

 

Para cualquier comentario, pueden enviarme un e-mail a azor_cometa@hotmail.com y de parte del Osakaarc.... gracias:

http://www.iespana.es/anifan/osaka_titulo.jpg

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