[
Fan fiction ]
La Saga de Osaka
Capitulo 8: Tercera y Ultima Cuenta
Regresiva; carrera en Kobe
Kyoto, 1864:
Kenshin carga a la mujer que se desmayo en sus
brazos por las calles de Kyoto, aún llueve, y se encamina a una posada. Una ves
en la posada, la posadera los recibe a él y a su acompañante.
Posadera:
Bienvenido señor Himu... (Viendo a la chica) ¿Ella esta...
Kenshin:
No, por favor, denme un cuarto para ella.
Kenshin paso a adentro de la posada tras la
posadera. Una ves adentro, coloca delicadamente a la chica en el piso para
hablar con la señora.
Posadera:
Me temo que no tenemos ningún cuarto vacío Himura.
Kenshin:
¿Cómo?, ¿y que haré con ella?
Posadera:
Puedes dejar que duerma en tu cuarto, no creo que a Chosu le importe. Ven, le
prepararé un baño, y le cambiaremos esas ropas mojadas.
Mientras la chica tomaba un baño, Kenshin
hablaba en la otra habitación con la posadera. Mientras revisaba las ropas que
ella traía puestas, la posadera descubre algo. La Señora le muestra a Kenshin
una daga que traía la mujer consigo.
Kenshin:
¡Una daga!. Kyoto es una ciudad muy peligrosa en estos tiempos, no me extraña
que use una arma como esa para defenderse.
Posadera:
aún así no me agrada, ¿estas seguro de dejarla dormir en tu habitación.
Kenshin:
No te preocupes, la tendré vigilada.
*****12:46*****
Devuelta al presente, el carruaje de Kenshin,
Sanosuke y Saito, ya esta en el puerto de Kobe. Desde el carruaje, ven los dos
grandes buques pintados de negro, parados en el muelle, a la vista de todos, sin
que ninguno que lo mire, sospeche algo. Kenshin y lo demás saben que no pueden
atacar con toda esa gente caminado por el muelle, ellos pueden tratar de usarlos
como escudo.
Sanosuke:
Bueno, ¿y ahora cual es el plan?
Saito:
¿Me puedes decir que tratas de decir con esas palabras?
Sanosuke:
Qué ahora, ¿qué vamos hacer?, vamos a atacar ahora, ¿o qué?
Kenshin:
No podemos actuar con toda esta gente aquí. Tendremos que esperar.
Saito:
¿Esperar?, se acaba el tiempo, si los dejamos actuar, se repetirán esos días al
Final de la Era Tokugawa.
Sanosuke:
Oye, sabemos bien que quieres encargarte de tus ex compañeros, pero no puedes
actuar impulsivamente.
Saito:
¿A quién le dices impulsivo?
Kenshin:
Tranquilícense, lo que tenemos que hacer es ir a la Jefatura de Policía,
nosotros podremos detener los Buques, pero necesitaremos de hombres para detener
a los hombres armados.
Saito:
... esta bien, estoy deacuerdo, vamos.
El carruaje se alejó del muelle, rumbo a la
jefatura de policía de Kobe. Mientras se alejaban, Saito miraba por la ventana
ambos Buques, con mucho detenimiento.
En ese mismo instante, Aoshi se encuentra en la
jefatura de policía con Chou, mientras Misao y Yahiko están en la Posada,
preparando todo para infiltrarse en el Castillo.
Chou:
Así que ustedes tienen pensado entrar al Castillo; ¿están seguros que no quieren
que la policía los acompañe?
Aoshi:
Aún no sabemos con certeza si el Castillo es su base o no, además, no podemos
asegurar que sea la única, si la policía trata de entrar al Castillo, puede que
los hombres en otra base, actúen. Lo mejor es que los oficiales se queden
vigilando la ciudad y el puerto.
Chou:¿Y
no quieren que yo los acompañé?
Aoshi:
mejor quédate, y encárgate de movilizar correctamente a la policía.
Chou:
Como sea.
*****12:49*****
Mientras Chou y Aoshi conversaban, un carruaje,
escoltado por algunos policías, se acerca a la jefatura. Dentro del carruaje,
son transportados, una mujer y un niño. Habían viajado desde de Tokio, solo para
ver a una persona.
Mujer:
Ha sido un camino muy largo, ¿no lo crees?
Niño:
Eso creo, pero me siento feliz de conocer Osaka.
Mujer:
Sólo esperó que lo que nos dijeron sea cierto.
Niño (Viendo por la ventana):
Mire, creo que esa es la jefatura de policía.
Los dos bajaron del carruaje y entraron a la
jefatura. Un policía entro a la oficina donde estaban Aoshi y Chou, para
anunciar la llegada de la mujer y el niño. Chou no tenía idea de quien fuera,
pero los dejo pasar.
Mujer (Entrando a la oficina):
Buenas Tardes señor Sawagejo, hace mucho que nos veíamos.
Aoshi:
¿Quién es ella?
Chou:
¡oh!, ¡pero si es usted señorita Takagi!
Aoshi:
¿Takagi?
Mujer:
Sí, yo soy Takagi, Tokio Takagi, y soy la esposa de Fujita, claro que de seguro
lo conocen como Hajime Saito.
Aoshi:
¡¿La esposa de Saito Hajime?!
La mujer era Tokio, la esposa de Saito, y el
niño que la acompañaba era Eiji, el niño de la Aldea Shingetsu que Kenshin y
Saito salvaron del poder de Shishio.
Kyoto, 1864:
Ya es de noche, y Kenshin esta dormido en su
cuarto junto con la extraña chica. Repentinamente, Kenshin se despierta, se pone
de pie, y se acerca lentamente a donde esta la joven. Sin hacer ruido, desvaina
su espada, como el asesino que es. Parece que esta apunto de asesinar a la joven
con su arma, cuando se despierta de repente; todo fue un sueño.
Ya es de día, y al voltear a la parte de la
habitación donde la joven estaba durmiendo, se da cuenta de que no está. Kenshin
sale de la habitación, buscándola. Bajando las escaleras de la Posada, se cruza
con la mujer, que sube en sentido contrario, cargando unas bandejas.
Kenshin:
Parece que ya te sientes mejor, ¿verdad?
Mujer:
Sí, no se preocupe. Lamento lo de esa noche, creo que estaba ebria.
Kenshin:
¿he?, ¿estabas ebria?
Mujer:
Sí, lamento haberle causado problemas, estaba... ebria.
a mujer siguió con su camino subiendo las
escaleras. Antes de que se alejará, Kenshin la detuvo para preguntarle algo.
Kenshin:
Dime cual es tu nombre.
Mujer:
Mi nombre es Tomoe, Yukishiro Tomoe.
Tomoe siguió su camino, mientras Kenshin veía
como se perdía pro encima de los escalones. Sentía que este encuentro, entre él
y Tomoe, tenía otra significado que solo coincidencia.
*****1:00*****
Ya en la jefatura de policía de Kobe, Kenshin,
Sanosuke, y Saito, están hablando con el jefe de Policía, tratando de
convencerlos de que la policía se movilice, para detener los planes de Hijikata.
Jefe de policía:
Entiendo sus palabras señores, pero no podemos movilizar a toda la policía por
solo suposiciones.
Sanosuke:
¿Pero que esta diciendo?, ¿no ve que toda la ciudad corre peligro?
Kenshin:
Sanosuke, será mejor que te tranquilices.
Saito:
Así es será mejor que pongas atención.
Saito camino hasta el escritorio donde se
encontraba sentado el jefe de policía, y lo vio fijamente a los ojos. A
continuación, decidió hablar para poder convencerlo.
Saito:
Yo soy el oficial Goro Fujita, y el gobierno me puso a cargo de este problema,
en Osaka, pero, como nos enteramos de que ellos ahora están aquí, creo que me
parece justo que a partir de hoy, yo me haga cargo.
Jefe de policía:
No tiene autoridad para decir eso.
Saito:
Mire, no tenemos tiempo, así que nos podemos quedar esperando a que se comunique
con el Capitán Kawada en Tokio para solucionar este dilema mientras un grupo de
extremistas hace cenizas la ciudad, o podemos tomar las cartas en este juego, y
actuar; ¿qué escoge?
El Jefe de Policía se quedo pensando en las
palabras de Saito durante un rato. Al final, se dio cuenta de que no tenía más
remedio que aceptar, Saito podía ser un persona muy convincente cuando lo
trataba.
En ese mismo instante en Osaka, Aoshi
conversaba con Tokio, la esposa de Saito, mientras Chou estaba en su escritorio,
arreglando algunas cosas para lo de esa noche.
Aoshi:
Y ese niño, ¿es hijo de Saito?
Eiji:
¿Quién?, ¿yo?
Tokio (Riéndose):
No, no, claro que no. Si, tenemos un hijo, su nombre es Tsutomu, pero es apenas
un bebé, por eso lo deje cuidado en Tokio. Él en Eiji.
Eiji:
Yo vivía en la Aldea Shingetsu, pero Makoto Shishio tomó el control de ella, y
la mantuvo bajo el miedo. Pero el señor Saito y el señor Himura la liberaron,
derrotando a Senkaku, un hombre de Shishio. El señor Saito me llevo con la
señora Tokio, y he vivido con ellos estos meses, pero cuando sea mayor, pienso
regresar a mi aldea y ayudar a la gente de ahí.
Tokio:
Hace algunos días nos enteramos de que Saito había sido secuestrado, y que no lo
encontraba, pobre, tarde un poco en poder venir, pero ya estoy aquí. Solo espero
que este bien.
Chou:
O sí, olvide mencionarlo, el señor Saito ya esta bien, anoche escapo, y ahora
esta en Kobe.
Tokio (Feliz):
¿En serio?, hay que bueno, por un momento pensé que vendría solo para enterarme
de que lo mataron, mira que después de la Guerra de Seinan, y todas esas heridas
que Makoto Shishio le hizo, me gustaría que dejará de arriesgarse tanto.
Aoshi:
Me temo señora que ha escogido un mal momento para venir a Osaka.
Eiji:
¿Porqué?, ¿pasa algo?
Chou:
Osaka no es un lugar seguro, y menos esta noche. Los secuestradores de su esposo
están planeando un ataque masivo a Osaka y Kobe.
Eiji (Sacando una espada de una sabana):
Pues en ese caso, yo me encargaré de proteger a la señora Tokio con mi vida.
Chou:
Oye, ¿sabes que es ilegal traer ese tipo de armas?
Eiji:
pero si tu traes cuatro.
Chou:
¿Por lo menos sabes usarla?
Eiji:
Mi hermano era un gran espadachín, y el señor Saito me regalo esto.
Chou se froto la cabeza como signo de
resignación. Les ofreció a Tokio y a Eiji, conseguirles una posada segura, donde
pudieran pasar la noche, y donde pudieran estar a salvo del ataque de esta
noche. Los dos aceptaron la propuesta.
*****1:30*****
Kenshin, Sanosuke y Saito, están caminando por
la ciudad, alertas, por cualquier detalle que pudiera guiarlos hacía Hijikata y
sus hombres. El cielo esta nublado, y parece que pronto volverá a llover.
Sanosuke:
En realidad no veo que conseguimos. La policía se movilizará, pero ellos son
hombres armados con rifles y metralletas, lo más seguro es que los maten.
Saito:
¿Tienes alguna mejor idea?
Sanosuke:
Sí, yo creo que para esto necesitamos al ejercito.
Saito:
¿Estas loco?, por si no lo sabe, Hijikata era Coronel de las Fuerzas Imperiales,
y apuesto que ha de tener a más de cincuenta hombres dentro del Ejercito
Imperial.
Sanosuke:
Bueno sabe lo todo, ¿tú que crees que tenemos que hacer?
Saito:
La policía también esta bien armada, no solo cuenta con sables, también tienen
armas de fuego, estoy seguro que podrán combatir.
Sanosuke:
No por mucho tiempo, y tú lo sabes.
Kenshin:
Por lo menos nos darán el tiempo suficiente, para que podamos detener a los
Buques, puede que a perder esas dos armas, Hijikata se verá obligado a
retroceder. Y tenemos que tener confianza en que Aoshi se encargue de defender
Osaka.
En eso, el Carruaje de Hijikata, donde están
él, Kaoru y Hayai, ya se dirige a la bodega donde todos sus hombres están
refugiados. Kaoru esta muy nerviosa, pero confía en que pronto Kenshin la
salvará. Por asar del destino, el carruaje donde viene, pasa justo por la calle
donde Kenshin, Sanosuke y Saito están caminado. Mirando por la ventana, Kaoru
reconoce a Kenshin. Al verlo, comienza a gritarle.
Kaoru (Golpeando la ventana):
¡¡Kenshin!!, ¡¡KENSHIN!!
El pelirrojo voltea hacía se izquierda, y ve el
carruaje pasar, y de inmediato nota la cara de Kaoru en el carruaje. Aún
sorprendido, pero sin pensarlo dos veces, corre tras el Carruaje, gritando el
nombre de Kaoru.
Hayai toma a Kaoru con su mano izquierda, y de
la manga de la mano derecha, saca un cuchillo acercándolo al cuello de la joven.
Hayai:
Vuelves a abrir la boca, y te parto el cuello.
Hijikata (Viendo por la ventana):
Demonios, ¡Es Battousai!, si esta en Kobe, quiere decir que descubrió nuestro
plan.
Hayai:
ya nos vio, ¿ahora que hacemos?
Hijikata:
No podemos permitir que nos siga hasta donde están
las armas, demos vuelta en otra parte, y tratemos de perderlo de vista.
El carruaje dio vuelta en una esquina, y
comenzó a correr más rápido, tratando de perder a Kenshin, quién a pesar de lo
rápido del carruaje y las repetidas vuelta que daba, lo seguía a gran velocidad,
sin quitarle el ojo de encima.
Kenshin:
¡¡Kaoru!!, ¡¡Kaoru!! (Pensando) ¡Está en
Kobe!, pensé que estaba en Osaka, tengo que salvarla antes de que le hagan
algo...
Kyoto, 1864.
Kenshin, Tomoe, y otro hombre, corren
rápidamente mezclándose entre la gente que se encuentra en esos momentos en la
ciudad, por el festival de Gion. Parece que el hombre esta muy nervioso.
Kenshin (Corriendo):
Lizuka, ¿cuál es el apuro?, ¿qué es lo que sucede?
Lizuka:
Algo muy grave. Miyabe tiene planeado incendiar Kyoto esta noche.
Kenshin:
¡¿Qué cosa?!
Tomoe:
Eso es una locura.
Lizuka:
Miyabe y Katsura han rotó toda relación; sus ideas chocaron, y ahora se han
separado. Kyoto esta lleno de personas por el festival, y si quieren causar
disturbios este es el momento perfecto. Pero...
Kenshin:
¿Pero qué?
Lizuka:
Lo que pasa es que esta información puede haberse infiltrado dentro del Grupo
Shinsen, y puede que los que están reunidos ahora planeando el ataque, estén en
peligro.
Kenshin:
¿Dónde es?
Lizuka:
En la Posada de Ikedaya, pero Himura, ¿tienes pensado ir?, el lugar esta
infestado con los hombres del Shinsengumi.
Kenshin no respondió a las palabras del hombre,
solo se adelanto junto con Tomoe, corriendo velozmente hasta donde estaba
pasando todo.
Kobe, 1878.
Kenshin sigue corriendo detrás del Carruaje de
Hijikata, para tratar de salvar a Kaoru. Su decisión es el de alcanzar ese
vehículo, y no se detiene por nada. Hijikata se comienza a desesperar, así que
le indica al chofer, que de vuelta en la siguiente esquina, y que siga derecho,
hasta llegar a un punto solitario a las afueras de la ciudad.
Hayai:
Señor Daimyo, ¿qué planea?
Hijikata:
No tengo pensado permitir que Battousai sea más un obstáculo. Acabaré con él de
una buena ves.
Kaoru se sorprendió mucho la escuchar esto. No
tenía certeza de que poder tenía Hijikata, pero tampoco tenía certeza si Kenshin
podría superarlo.
Kyoto, 1864
En la posada de Ikedaya, los relistas están
reunidos, planeando lo de incendiar Kyoto. De repente, miembros del Shinsengumi,
entran a la habitación, entre ellos Okita. Todos los miembros del Shinsengumi,
comienzan a matar a sangre fría con sus espadas, a todos. Mientras tanto,
Kenshin y Tomoe corrían a lugar, rápidamente, temiendo que algún miembro del
Shinsengumi, les apareciera de repente.
Kenshin:
¿Qué haces?, ¿por qué no fuiste con Lizuka?
Tomoe:
No, recuerda que una espada necesita una funda.
Kenshin:
¿Qué cosa?
De repente, un grupo de hombres del Shinsengumi,
los intercepta. Al verlos, se disponen a atacarlos. Kenshin trata de hacer a
Tomoe a un lado mientras desvaina su espada, pero ella se queda a su lado, y le
dice que desea verlo matar. Kenshin mata a todos fácilmente, pero queda algo
cansado. Otros hombres del Grupo Shinsen se acercaban, por lo que él y Tomoe, se
escondieron para no ser vistos.
Okita estaba cargando a uno de sus hombres, que
resulto herido. Mientras caminaba por el callejón, un grupo de hombres
Realistas, lo vieron, y se dispusieron a atacarlo. Antes que Okita pudiera sacar
su espada y atacar, Saito aparece de repente, y mata a los hombres. Luego,
camina a Okita, y lo ayuda.
Saito:
Okita, ¿no has visto a Katsura?
Okita:
No, parece que no esta aquí. Tampoco he visto al tal Battousai.
Saito y Okita, notan de repente a sus
compañeros muertos, que Kenshin acaba de asesinar. Se acercan, y al tiempo en
que ellos se acercan, otro hombre del Shinsengumi, se acerca a ellos corriendo.
Al ver los cuerpos se sorprende.
¿¿¿¿¿ (Viendo los cuerpos):
¿Qué paso aquí?
Okita:
Parece Battousai el Destajador si asistió esta noche.
¿¿¿¿¿:
Katsura no esta aquí, al parecer escapo, o no
asistió a la reunión. Pero, Miyabe y Okuno están muertos, se ha suicidado.
Saito:
ya veo, así que después de todo ese cobarde escapo.
Kenshin, que aún se encuentra escondido junto
con Tomoe, al ver a Saito, siente grandes deseos de salir a pelear, se propone a
desvainar su arma, cuando Tomoe lo detiene.
Kenshin:
¿Qué haces?
Tomoe:
No, ya no, no puedes salir a pelear ahora.
Kenshin:
¿porqué no?
Tomoe:
Por favor, salgamos y vayamos donde Lizuka.
Después de algo pensarlo, Kenshin obedece las
palabras de Tomoe, y decide huir junto con ella, a la posada donde estaban
hospedados. De repente, Saito siente un extraño aroma en el aire, que llama su
atención.
Okita:
Oye Saito, ¿te ocurre algo?
Saito:
No es nada, es solo que... sentí un extraño aroma, como flores floreciendo.
Okita:
¿Flores floreciendo?
¿¿¿¿¿:
Pero si estamos en verano.
Saito:
Sí, talvez fue mi imaginación, o me este volviendo loco.
*****1:46*****
Kenshin siguió el carruaje, hasta un campo
abierto, totalmente inhabitado, a las afueras de la ciudad de Kobe. De repente,
el vehículo se detuvo, y Kenshin hizo lo mismo, parado a pocos metros de él,
listo para sacar su espada.
Las puertas del carruaje se abren, y de
repente, con pasos lento, la figura del Demonio del Shinsengumi, Hijikata,
surge, con una mirada fría con la que ve profundamente a Kenshin, y una
expresión que no refleja ningún sentimiento.
Kenshin lo ve, y empieza a sentir escalofrío
por su espalda. Un gota de sudor resbala por su frente, luego por su mejilla
izquierda, hasta llegar a la cicatriz. Tiene su mano izquierda sujetando la
vaina de la espada, y la mano derecha, cerca del mango.
Hijikata:
Te dije que si venías a Osaka, pelearía contigo; pero como ves, por asares del
destino, nuestro campo de batalla será Kobe.
Kenshin:
Dime, ¿dónde esta?
Hijikata truena sus dedos de la mano derecha, y
del carruaje, baja Hayai, sosteniendo a Kaoru con la mano izquierda por la
cintura, y el cuchillo en la mano derecha, rozando el cuello la joven. Kenshin
lo ve, y no sabe ahora que hacer.
Hijikata:
No te preocupes, no le pasará nada, siempre y cuando no intentes rescatarla.
Kenshin:
¿Qué dices?
Hijikata:
La cosa es muy sencilla Battousai, intentas acercarte a ella, y muere. Olvídate
de ella un momento, y concéntrate en nuestro encuentro.
Kenshin:
Que así sea.
Kenshin desvaino su espada, y se puso en
posición para atacar. Hijikata desenfundo una de sus dos espadas con la mano
derecha, y se puso en una posición similar a la de Kenshin. Ambos se vieron
detenidamente, como esperando a que el otro diera el primer movimiento. De
repente, el viento empezó a soplar, como anunciando la lluvia que estaba por
desatarse. Sin decir nada, ambos se abalanzaron a gran velocidad contra el
contrario, hasta que sus espadas chocaran...
Otsu, 1864
En un camino, Tomoe y Kenshin caminan
tranquilamente, mientras ella trae consigo unas flores. Mientras caminan, se
encuentran con una mujer que los saluda
Mujer:
Tú eres la mujer de la flores, Tomoe, ¿no?, ¿a donde vas?
Tomoe:
El negocio no ha andado bien, así que vamos al pueblo.
Kenshin:
Tenemos prisa, mejor nos vamos.
Mujer:
No recuerdo a ese joven, ¿quién es?
Tomoe:
¿él?, es mi esposo...
|